La abundancia de información suministrada por internet y medios de comunicación convencionales puede tener un efecto negativo cuando excede ciertos límites que hacen difícil su comprensión y procesamiento mental.
Un emprendedor actualmente tiene la posibilidad de acceder a una fuente inagotable de información, datos económicos, estadísticas, autores especializados y experiencias de líderes exitosos que le permiten obtener un amplio conocimiento para planificar un emprendimiento. La multiplicidad de fuentes y formas de acceso al conocimiento, en donde internet ocupa un papel relevante, le permiten abastecerse de una información que antes era imposible acceder con facilidad. Esa posibilidad ayuda a que una gestión empresarial pueda ser más creativa, eficiente, innovadora y tenga la opción de contar con numerosas herramientas para expandir el negocio.
Tener acceso a una gran multiplicidad de información y variedad de conocimientos es altamente positivo para sortear las complejidades que se presentan en el mercado. Mientras mayor sea la información disponible, más elementos de juicio se poseen para evaluar las fortalezas y debilidades de un emprendimiento, evitar errores, superar adversidades y conocer cuáles son las mejores opciones para alcanzar resultados positivos. Sin embargo, en muchos casos esa multiplicidad y cantidad de información puede generar un efecto negativo y perjudicial. El exceso de conocimientos puede llegar a ser nocivo porque afecta o impide el procesamiento mental de quien trata de asimilar y analizar la información recibida.
La información permanente y sin pausa que brindan los medios digitales y convencionales muchas veces supera la capacidad de asimilación y comprensión de la gente. Ese bombardeo de información, en lugar de abrir la mente y orientar conductas de los emprendedores, suele convertirse en una neblina que impide visualizar, discernir y asimilar todos los conocimientos recibidos de manera excesiva. Por esa razón, muchos autores denominan infoxicación a este fenómeno dado que produce una especie de intoxicación mental por el exceso y abundancia de datos que es necesario asimilar. Esta situación tóxica se agrava cuando muchos de los datos, ideas o propuestas suministrados en los medios de comunicación son antagónicos, contradictorios o falsos. Se sabe que es más habitual que en los buscadores de internet y redes sociales se difundan estadísticas, postulados teóricos, informes gubernamentales o pronósticos económicos que son contradictorios o no certeros con lo cual a la infoxicación hay que sumarle la incertidumbre por falta de certeza en los datos suministrados.
No hay duda que el exceso abrumador de información y la falta de certeza sobre su veracidad confunde, marea y perturba a un emprendedor.
Nadie está capacitado para retener, comprender ni corroborar todo lo que se difunde por los medios de comunicación. Los comentarios televisivos, las redes sociales y toda información mediática fluye con gran rapidez y es cada vez más abundante por lo que nadie tiene la capacidad de asimilar, absorber, comprender y verificar todo lo que se da a conocer por los medios.
Es evidente que el océano de información que brindan los medios de comunicación –en especial los tecnológicos– hace imposible que la gente pueda retener y verificar todos los conocimientos que se difunden sin ningún tipo de filtro. Nunca en la historia ha existido tanta información, conocimientos, experiencias narradas y propuestas para ser exitoso como en la actualidad. El problema –como se ha señalado– es que esa abrumadora cantidad de conocimiento suele tener un efecto tóxico y negativo sobre el emprendedor. La profusión de datos, informes, teorías o pronósticos no solo bloquean la posibilidad de la mente para asimilarlos sino que impiden la sana reflexión para discernir cuáles son las estrategias más atinadas para alcanzar un objetivo.
La información difundida en los medios –dado su abundancia, contradicciones y falsedades– no solo es tóxica sino que también produce una gran inseguridad en el emprendedor. Al respecto, Herbert Simón afirma que la multiplicación y abundancia de información termina produciendo tarde o temprano una escasez de aquello que la información debe generar: la atención de los receptores. Según Simón, el exceso de información termina generando hastío y falta de interés en continuar adquiriendo nuevos conocimientos por lo cual las personas terminan conformándose con lo que saben y aferrándose a los conocimientos adquiridos en el pasado. Actitud que un emprendedor no debe tener si quiere mantenerse vigente y no quedar rezagado con respecto a la competencia que genera innovaciones a partir de nuevos conocimientos.
Un emprendedor no puede dejar de informarse si quiere estar actualizado. Su obligación es incrementar constantemente sus conocimientos para estar actualizado y acompañar los cambios que se producen en el mercado.
Un emprendedor debe ser una esponja para absorber los conocimientos que necesita para progresar. Pero al hacerlo debe tener un método de selección de información para no estar saturado, confundido y mal rumbeado por el avasallamiento informativo de conocimientos que se difunden en los medios. Debe aprender a seleccionar el conocimiento útil dejando de lado la información intrascendente, errónea o falsa.
No se puede desconocer que seleccionar la información útil que abunda en los medios no es un trabajo fácil porque toda información mediática se autoproclama importante y veraz. Sin embargo, el emprendedor debe hacerlo si no quiere ser víctima de la infoxicación informativa. Así como es necesario seguir una dieta alimentaria que impida la obesidad como consecuencia de la ingesta de alimentos chatarra, un emprendedor debe realizar una dieta informativa en calidad y cantidad.
Lamentablemente no hay una dieta informativa infalible que permita sortear las dudas, las falsedades, la saturación y las mentiras difundidas en los medios de comunicación. Esta dificultad suele impulsar a muchos emprendedores a utilizar aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA) con la expectativa –casi mágica– de que encontrarán la respuesta correcta a sus dudas o podrán conocer las herramientas que le permitan plasmar exitosamente un negocio. Al seguir este camino no tienen presente que la IA también suele estar alimentada de información contradictoria y con todos los errores que caracterizan a las ciencias económicas y al mundo de los negocios. Por lo tanto, a pesar de lo valioso que puede ser la IA para guiar al emprendedor en muchos ámbitos de gestión no siempre tiene las respuestas correctas para mostrar el camino certero para llegar a un objetivo.
Un emprendedor no puede ser un barco sin timón que se deje llevar por la corriente generada por los medios de comunicación. No puede aceptar como verdadero todo lo que se difunda en las redes o buscadores de internet. Lo más atinado es ser cauto y aprender a seleccionar la información útil. Para ese fin es apropiado rodearse de colaboradores idóneos, verificar que la información sea certera y cotejar que las propuestas no sean falsas ni inviables. Trabajar mancomunadamente con un equipo experimentado permite evaluar mayor cantidad de información, ser mesurado en las decisiones, equilibrado en las emociones y no dejarse llevar por la ansiedad de buscar una solución milagrosa que lleve al éxito de manera inmediata.
Es fundamental que un emprendedor no se deje encandilar por propuestas de éxito fácil y no se deje embaucar por cualquier vendedor de humo que le muestra caminos rápidos para lograr un objetivo. Debe aprender a seleccionar la información vertida en los medios y corroborar que sea veraz para no ser engañado con fake news que lo pueden inducir a cometer errores. Todo conocimiento debe pasar por el tamiz de la verificación y la corroboración empírica para que no sean datos inconducentes para alcanzar una meta.
Si un emprendedor no está preparado para clasificar correctamente la avalancha de información contradictoria y prometedora de éxitos inmediatos, correrá muchos riesgos y experimentará grandes fracasos. Es esencial que aprenda a depurar la información, seguir autores que han demostrado una solvencia en sus pronósticos y, sobre todo, dudar de todo conocimiento que dice ser portador de la verdad y del éxito. Esta manera de proceder permitirá disminuir los riesgos y no gestionar en base a fantasías lanzadas en los medios por irresponsables que no perciben el daño que causan con mentiras o falsas soluciones.
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